Sobre mí

Carmen Horno

Nutrición oncológica

Soy Carmen Horno, dietista-nutricionista especialista en nutrición oncológica. Desde hace años, acompaño a personas que atraviesan procesos complejos —tratamientos médicos, síntomas persistentes, relación difícil con la comida— con una propuesta que une ciencia, humanidad y escucha.

Mi enfoque nace de una convicción clara: la alimentación puede ser una fuente de sostén incluso en los momentos más difíciles. Para eso, no basta con saber qué comer. Hace falta entender cómo vive esa persona su cuerpo, su historia y su momento vital.

Me formé en la Universidad de Zaragoza, donde cursé el Grado en Nutrición Humana y Dietética y un Máster en Condicionantes Genéticos, Ambientales y Nutricionales del Crecimiento y Desarrollo. Esta base académica se ha ido enriqueciendo con experiencia clínica, docencia universitaria y una búsqueda constante de enfoques respetuosos y actualizados.

He trabajado como nutricionista clínica en Quirónsalud y en la Asociación Española Contra el Cáncer, acumulando más de 6 años de experiencia acompañando a pacientes en tratamiento oncológico. Esta etapa consolidó mi compromiso con una nutrición personalizada, basada en evidencia y sensible a los cambios físicos, emocionales y sociales que implica una enfermedad.

Actualmente, combino la consulta privada —en formato presencial y online— con mi labor docente en la Universidad San Jorge, donde imparto asignaturas vinculadas a nutrición y bromatología. Además, trabajo para la Academia Española de Nutrición y Dietética como docente para profesionales sanitarios en materia de Nutrición Oncológica.

Acompaño a personas que están atravesando un proceso oncológico, en cualquiera de sus fases: desde el diagnóstico hasta el tratamiento activo, la recuperación o la convivencia con secuelas. Cada experiencia es distinta. Por eso, el acompañamiento también lo es: individualizado, realista y sensible a lo que necesitas en cada momento.

Alimentación de forma segura y nutritiva

Mi objetivo es ayudarte a alimentarte de forma segura, posible y nutritiva, aun en medio de la incertidumbre o el malestar. Sin exigencias. Sin fórmulas rígidas.
Solo herramientas que se adapten a ti y te den sostén cuando más lo necesitas.

Porque comer bien, cuando el cuerpo y la vida se tambalean, es una forma de cuidado. Y también, de resistencia.